CAMINO DE SANTIAGO EN VIANA

 

El Camino de Santiago, conocido en Viana como el Camino Francés, debe su nombre a la gran afluencia de peregrinos procedentes de Francia. Aunque también lo recorrían italianos, alemanes, flamencos y otras nacionalidades, la predominancia de los franceses llevó a que este tramo fuera identificado con dicho gentilicio.

EL RECORRIDO PRIMITIVO

Antiguamente, los peregrinos jacobeos llegaban a la demarcación de Viana desde Sansol y Torres del Río, entrando por la ermita de Nuestra Señora del Poyo, en la carretera km 72 (hoy perteneciente a Bargota). Desde allí descendían hasta la hoya de Cornava, donde se encontraba la iglesia de Santa María, antes de su desaparición en 1219 con la fundación de Viana.

Al continuar, el peregrino ascendía varias cuestas, pasando por los hospitales de San Bartolomé y San Julián (ambos hoy desaparecidos), hasta alcanzar la llanura de la Alberguería, así llamada por la presencia de una ermita-albergue dedicada a Santa María.

Tras la fundación de Viana en 1219, muchos peregrinos optaban por subir a la villa, atraídos por su mercado, por la posibilidad de hospedarse en mesones o por intereses religiosos, culturales o artísticos. Allí existía un hospital dedicado a Santa Catalina.

Desde Viana, el camino seguía entre viñedos y olivares hasta la hondonada de Cuevas, antiguo poblado con su iglesia. Un poco más adelante, se encontraba el convento-hospital de la Trinidad, gestionado primero por los frailes trinitarios y, desde el siglo XIV, por la Encomienda de Roncesvalles. Antes de llegar a Logroño, el peregrino pasaba también por la ya desaparecida ermita de San Andrés.

HOSPITALES DE PEREGRINOS

Para asistir y proteger a los peregrinos, se crearon numerosas ermitas, hospitales y albergues a lo largo del camino: San Bartolomé, San Julián y Santa Catalina, entre otros. Cerca del trazado original se encontraban las aldeas de Perizuelas y Piedrafita. En el término de Torreviento, junto a Piedrafita, existía un pequeño monasterio benedictino dedicado a San Pedro, dependiente de la real abadía de Santa María de Nájera. Asimismo, en las inmediaciones de Cuevas funcionó otro convento hospitalario de los frailes trinitarios, quienes también atendían peregrinos en Puente la Reina, importante punto de confluencia de rutas jacobeas.

EL CAMINO HOY

Los peregrinos actuales aseguran que el tramo hasta Viana puede ser engañoso: la ciudad se divisa desde lejos, pero parece no llegar nunca.

Al llegar por la carretera N-111, el caminante encuentra la fuente del Peregrino, donde puede refrescarse y recobrar fuerzas para afrontar la subida hasta el portal de la Trinidad. Desde allí accede a la plaza del Coso y se adentra por la calle Mayor, hasta alcanzar la iglesia de Santa María, auténtica joya del Camino de Santiago.

Ya en el corazón de la ciudad, la Plaza de los Fueros, el peregrino encuentra descanso, sombra y una fuente, además de la oficina de turismo bajo los portales del ayuntamiento. El recorrido sigue por la calle Mayor, entre casas nobiliarias, hasta llegar a la iglesia de San Pedro, donde, a mano izquierda, se sitúa el Albergue municipal de Viana para Peregrinos.

 

 

 

Como localidad histórica del Camino Francés, Viana forma parte activa de la Asociación de Municipios del Camino de Santiago, contribuyendo a la conservación del legado jacobeo y al impulso de esta ruta milenaria.

La Asociación de Municipios del Camino de Santiago, gracias al apoyo del Ministerio de Cultura a través de su programa de ayudas para la protección y difusión de bienes del Patrimonio Mundial 2024, está llevando a cabo el proyecto «Volver al Camino».

El proyecto «Volver al Camino» se inspira en el Códice Calixtino, un manuscrito del siglo XII que es la guía más antigua de la peregrinación a Santiago de Compostela. Este documento, declarado Memoria del Mundo por la UNESCO en 2017, nos ofrece una visión holística de lo que significaba el Camino en la Edad Media: una vía de intercambio de conocimientos, valores y desarrollo personal y comunitario.

 

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