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Historia
PREHISTORIA
Existen indicios de la presencia humana en la zona desde el Paleolítico Inferior (200.000 años a.C.), como lo demuestran diversos hallazgos arqueológicos (hachas pulimentadas, bifaces, raederas, utensilios de sílex, hasta huesos del desaparecido elefante «Elephas antiquus»).
Ya en el Neolítico, el hombre nómada descubre la agricultura y comienza a domesticar animales, desarrolla una conciencia espiritual y utiliza sepulcros subterráneos para enterrar a sus difuntos. Prueba de ello es el monumento más antiguo que se conserva, el Hipogeo de Longar, una cámara sepulcral datada entre el 2850 y el 2500 a.C. y que ha llegado intacta hasta nuestros días. Situada en el «Alto de los Bojes» a unos 9 de Viana en dirección norte.
EDAD ANTIGUA
El poblado celtíbero de la Custodia, que acogió a centroeuropeos, hacia el año 600 a.C. merece especial atención al proporcionar téseras de hospitalidad con inscripciones ibéricas que son los primeros textos que se conocen en la Comunidad Foral de Navarra. Algunos historiadores lo identifican con Uarakos, la capital de los berones célticos, predecesora de la romana Vareia y que fue destruida en las guerras sertorianas entre Pompeyo y Sertorio (80 – 72 a.C.)
A partir del siglo I, el territorio vianés se romanizó intensamente gracias al reparto de tierras a los veteranos de las campañas militares del ejército romano (algunos de ellos mercenarios nativos) y a algunos colonos. Se debió organizar y dirigir desde Vareia, el centro más importante, a raíz de la estancia de la Legio IV Macedónica. Estas villas se asentaron en suelos muy fértiles, cerca de riachuelos y del Ebro, y cerca de vías de comunicación, como la calzada Pompaelo – Vareia y Valle del Ebro.
EDAD MEDIA
Las numerosas villas situadas en zonas agrícolas para el cultivo del trigo, la vid y el olivo, que con el paso de los años dieron lugar a pequeñas y numerosas aldeas medievales, cuyas iglesias románicas consideradas hoy ermitas, han llegado hasta nuestros días.
Pero fue el rey navarro Sancho VII «El Fuerte» en 1219 quien para asegurar la frontera de la Sonsierra del Antiguo Reino de Navarra, decidió crear una fortaleza que defendiera sus posesiones frente al Reino de Castilla. Asimismo, convenía abrir una ruta comercial y tener un enclave en el Camino de Santiago hacia Compostela. Pero la nueva población, fortificada por murallas, cuatro portales, dos iglesias-fuertes y un castillo, necesitaba gente que la mantuviera en época de paz y la defendiera en época de guerra. Por ello le concedió a la nueva villa el Fuero del «Privilegio del Águila» (fechado en Tudela en abril de ese mismo año y conservado en el archivo municipal) para incentivar y congregar en ella a los vecinos de las aldeas circundantes.
El Camino Francés o de Santiago, cambia por entonces de trazado para pasar ahora por la nueva villa. Los peregrinos disponían de numerosos hospitales donde cobijarse, alimentarse y poder descansar: San Julián, La Alberguería (a los pies de la villa), Santa Catalina, Nuestra Señora de Gracia (dentro de la villa) y en dirección a Logroño los frailes benedictinos y judíos de Torreviento y a los Trinitarios y Encomidenda de Roncesvalles en Cuevas.
Una de las mayores glorias históricas para la villa fue la institución del Principado de Viana por Carlos III «el Noble», para su nieto Carlos, hijo de Blanca de Navarra y de Juan II de Aragón, nacido en 1421 en Peñafiel, mediante un documento fechado en Tudela el 20 de enero de 1423. Comprendía una serie de villas, castillos y rentas para honor y digno mantenimiento del heredero del Reino. El título de Príncipe de Viana lo llevaron los primogénitos de los reyes navarros. En la actualidad el título de Príncipe de Viana lo ostentan Don Felipe de Borbón y Grecia y Doña Leticia Ortiz Rocasolano.
Fueron muchas las ocasiones en la que por entonces villa sufrió el asedio y acoso de las tropas castellanas, por ello en 1467 la reina Doña Leonor premió su lealtad al Reino de Navarra concediéndole el título de «Muy Noble y Muy Leal».
EDAD MODERNA
En 1507 en plena guerra entre el conde de Lerín y don Juan de Labrit, muere en Viana en una emboscada César Borgia, hijo del papa Alejando VI, cardenal, príncipe renacentista y Generalísimo de los ejércitos de Navarra y Pontificios, quien inspiró a Maquiavelo para redactar «El Príncipe». Una lápida de mármol situada frente a la iglesia de Santa María nos recuerda su muerte el 11 de marzo.
La capitulación de Pamplona el 25 de julio de 1512 ante las tropas castellanas y la anexión de Navarra, obligó a Viana a seguir los mismos pasos el 15 de agosto de 1512. En 1515, por orden del cardenal Cisneros, el castillo y sus aldeas fueron incorporadas al Corregimiento de Logroño, hasta 1523 cuando el emperador Carlos I la reintegró de nuevo al Reino de Navarra.
Entre los siglos XVI y XVII, Viana vive una época de florecimiento y prosperidad económica, gracias en parte a la buena agricultura y las grandes producciones de vino. Dicha prosperidad se refleja en la construcción de numerosos edificios civiles y religiosos de estilo renacentista y barroco. Resurgen las clases nobles, cuyos hijos medianos y pequeños debido al sistema de mayorazgo, desempeñan altos e importantes puestos como militares o religiosos en la Corte y en Ultramar. Se adornan las fachadas con imponentes escudos heráldicos y se realizan importantes reformas de ampliación en ambas parroquias.
Un 22 de julio de 1599 en plena peste, los ciudadanos eligen como patrona a Santa María Magdalena debido a que ese día nadie murió por dicha plaga.
En 1630, el rey Felipe IV concede a Viana el Título de Ciudad , además se compra el castillo y Casa Real, las murallas y el Soto Galindo. En total se pagan 28.000 ducados de plata.
EDAD CONTEMPORÁNEA
El 2 de junio de 1808, los vecinos solicitaron armas para defender al rey Fernando VII y la Sagrada Religión Católica. Pocos días después las tropas Napoleónicas toman la ciudad instalando su cuartel general en la estratégica iglesia de San Pedro. La ciudad sufrió los desmanes de las tropas francesas, que obligaron a los vecinos a entregar gran cantidad de víveres y sumas de dinero, pero también los propios de guerrilleros locales como Juan Hernández «el Pelao» o «El Tuerto» quien debido a sus fechorías fue declarado por el Ayuntamiento como «monstruo de la Humanidad».
El 9 de octubre de 1818, nace en Viana Francisco Navarro Villoslada, el escritor romántico navarro más ilustre.
Las Guerras Carlistas (1832-1839) y (1872-1875) hacen del siglo XIX un siglo fatal para Viana, al encontrarse en medio del foco carlista de Estella y el liberal de Logroño. La ciudad sufre las embestidas de ambos bandos, se confisca la orfebrería y plata de las iglesias para comprar alimentos para la guarnición establecida, se bombardea la ciudad, se destruyen las vidrieras de los templos y se daña definitivamente la iglesia-fuerte de San Pedro que se derrumbaría unos años más tarde. El 16 de junio de 1875 se celebra en el campo de La Alberguería, a los pies de la ciudad un importante canje de prisioneros.
En 1893 en Viana, como en otras ciudades navarras, se produce un levantamiento popular como protesta a la Ley de Presupuestos creada por el ministro de hacienda Germán Gamazo, que pretendía hacer desaparecer las peculiaridades contributivas del Viejo Reino. De aquí surgió la denominación de «Plaza de los Fueros» en tantas localidades navarras.
A principio del siglo XX una plaga de filoxera dificultó la recuperación económica. La guerra civil y la fuerte emigración a las grandes ciudades hace mermar la población. En 1964 el Programa de Promoción industrial de Navarra, facilita la instalación de numerosas empresas.
Actualmente Viana goza de un próspero presente con una agricultura renovada y una floreciente industria ubicada en tres polígonos donde se sitúan más de 70 empresas. Además de un importante Centro Comercial. Bien dotada de servicios sociales, deportivos y culturales, destacan la construcción de la Residencia de Ancianos y Hogar del Jubilado, el Centro de Salud, el Polideportivo, el Albergue de Peregrinos, la Casa de Cultura…
Poco llevamos del siglo XXI, pero se puede hablar de florecimiento socieconómico. Tanto el sector público y el privado está consiguiendo recuperar gran parte del patrimonio vianés. Se han realizado algunas mejoras sociales como la Guardería Municipal, el Complejo Deportivo y Balneario «Príncipes de Viana» o el Centro Cutural Navarro Villoslada.
El respeto, la protección y la rehabilitación del Casco Antiguo, junto a la restauración de murallas y el embellecimiento de paseos está logrando que poco a poco se recupere el esplendor y la elegancia que tuvo la ciudad en siglos anteriores.
Odón Ros
Descendiente de Guidón de Ros, noble que llegó a Viana acompañando a Sancho VII El Fuerte cuando la fundación. Aparece en los escritos en 1294 y procede de la casa del Barón de Ros, en el principado de Bearne. Fue Maestre de Campo de los Reyes de Navarra, Don Felipe y Doña Juana.
Martín García
Obispo de Calahorra y después de Astorga por los años 1284 y 1286. Siendo diácono, fue secretario del Rey don Sancho IV de Castilla.
Carlos, Príncipe de Viana (Peñafiel, 1421 – Barcelona, 1461)
Hijo de Blanca de Navarra y Juan II, nació en Peñafiel el 29 de mayo de 1421 y murió en Barcelona el 23 de septiembre de 1461. Su abuelo Carlos III instituyó para él y los herederos de la corona el principado de Viana. La confrontación con su padre Juan II por heredar el reino y al no obtener el reconocimiento de éste como tal, provocó la guerra civil en Navarra, que llevó al príncipe a ser encarcelado. Murió de tuberculosis en la ciudad condal y sus restos descansan en el monasterio de Poblet desde 1472. Fue además ilustrado en la música, pintura, poesía y varias artes mecáncias. Tuvo estrecha amistad con el famoso Ausías Merch y con otros bardos eminentes. No descuidó el campo de las letras. Es autor entre otras obras de «Crónica de los Reyes de Navarra».
César Borgia (¿?, 1475 – Viana, 1507)
Cardenal y príncipe renacentista. La habilidad que demostró como político y sus procedimientos tortuosos inspiraron a Maquiavelo la redacción de «El príncipe». Hijo natural de Rodrigo de Borja y de Rosa Vanozza, con 16 años fue nombrado obispo de Pamplona en 1491, arzobispo de Valencia en 1492 y cardenal de S.I.R en el año 1493. Se le atribuyó la muerte de su hermano Juan, duque de Gandía y Benevento, cuyos bienes heredó. A los 24 años se casa, en Blois (15 de abril de 1499) con Carlota d’Albret, hija del rey de Navarra. La muerte de su padre Alejandro VI (1503) y la proclamación del nuevo papa, Julio II, enemigo de los Borgia, determinaron su caída. Apresado por Gonzalo de Córdoba, fue recluido en la torre de la Mota, de la que logró evadirse. En 1506 huye a Navarra en plena guerra civil, donde se pone al servicio del entonces rey de Navarra, su cuñado Juan de Albret, quien le nombra condestable y capitán general de los ejércitos. El 11 de marzo de 1507 murió en una emboscada en el asedio de Viana a los 31 años de edad.
Taller de escultura Viana-Cabredo (siglos XVI-XVIII)
Recibe este nombre porque los artistas que lo componían residían en ambas poblaciones. Este taller, que también contó con importantes doradores, realizó a lo largo de doscientos años numerosas obras en Navarra, La Rioja, Álava y Guipúzcoa, además de casi todas las obras escultóricas de las iglesias vianesas.
Entre sus miembros destacan: Diego Jiménez, Juan de Bazcardo, Jerónimo y Javier Coll y Juan Bautista de Suso (1655-1735) el escultor del barroco churrigueresco más importante del taller de Viana.
Juan de Bazcardo (Caparroso, 1584- Viana, 1659)
Natural de Caparroso, pero afincado en Viana, fue un notable escultor y arquitecto del siglo XVII, cuya gubia ornó tantos retablos en Navarra, La Rioja y País Vasco.
Juan de Viana (Viana, ¿? – Tucumán, 1623)
Misionero jesuíta. En las misiones del Perú, pasó luego a las misiones de Tucumán. Allí estuvo con el Padre Alonso de Barzana donde aprendió cuatro de las lenguas indígenas, lo que le facilitó su acercamiento y la evangelización. Fue Procurador de Paraguay en 1614.
Miguel de Goñi (¿? – Fuenterrabia, 1638)
Una de las más importantes familias vianesas fue la Goñi, que procedía del Palacio Cabo de Armería del lugar de Urdánoz y pasó a Viana por matrimonio. Esta familia aportó muchos alcaldes a Viana durante los siglos XVI y XVII. La casa era de gran prestigio; mantenía soldados y caballos para la guerra, criaba azores y halcones lo cual significaba poseer gran nobleza a la vez que una economía sólida. Tenía asiento en las Cortes de Navarra y derecho de asilo en su casa.
Fue Miguel de Goñi capitán de Tercio del ejército de Italia y prestó servicios militares en Flandes. Murió en España, en el sitio de Fuenterrabía (1638). Su hermano León de Goñi, murió en Flandes en el sitio de Sluys (La Esclusa), en 1621.
Juan de Amíax (Viana, 1564 – Viana, 1642)
Clérigo y erudito investigador, de las glorias de la catedral de Calahorra, de las de Viana, y del santurario de la Virgen de Codés. Pertenece a los poetas navarros del Siglo de Oro. Desempeñó papel como Capellán de las Galeras Reales en las Indias. Llegó a ser vicario parroquial, administrador del Hospital de Peregrinos «Nuestra Señora de Gracia» y colector del subsidio y excusado del rey. Publicó un «Ramillete de Nuestra Señora de Codés» (Pamplona, 1608). Ciego y enfermo, falleció un 20 de febrero de 1642 y fue enterrado en San Pedro.
Nicolás de Mendoza ( ¿? – 1665)
Maestre de Campo
Bartolomé de Viana
Misionero capuchino en Benín (África). Llegó a la misión en 1661. Pasó once años catequizando a los nativos. Perseguido y encarcelado volvió tan maltrecho de los tormentos sufridos que murió al llegar a España.
Gaspar de Viana
Religioso capuchino y escritor, se dedicó a temas de literatura religiosa, ascética y mística. Se debe entre otras obras «Luz clarísima que desengaña, mueve, guía y aficiona a las almas» (1672). Con ella ocupa un buen lugar entre los escritores ascéticos del XVII.
Francisco de Alesón (Viana, 1635 – Logroño, 1715)
Coautor junto con el también jesuíta José de Moret de la obra «Annales del Reyno de Navarra». Ocupó el cargo de cronista del Reino de Navarra tras la muerte de éste en 1687. De ilustre familia, impartió clases de literatura, filosofía y teología. Además profesor y fue rector de los colegios de la Compañía de Jesús en Soria, San Sebastián, Loyola, Pamplona, Valladolid y Salamanca. Impulsó las obras de la basílica de Loyola y de la iglesia de San Ignacio de Pamplona.
Pedro Matías de Goñi (¿?, 1647 – México, 1712)
Beneficiado de Viana y nombrado jesuíta en Logroño, evangelizó en la península de California y México inmensos territorios y regentó el Real Colegio-Seminario de San Ildefonso en la capital del virreinato. En 1679 se le ordenó sacerdote en México. Realiza expediciones por la península de California junto con el también jesuíta Fray Eusebio Kuehn y Fray José Guijosa. Además hizo varias expediciones por la Sierra de la Giganta, nombre dado a esa formación montañosa por el P. Kino, y otra hasta la costa del Mar del Sur (Oceáno Pacífico). Más tarde regentó el Real Colegio de San Ildenfonso de México donde murió en olor de santidad en 1712.
Juan Bautista Lanciego y Eguilaz (1654-1721)
Jesuíta y biógrafo del Principe de Viana y de otros cuatro jesuítas originarios y naturales de Viana, donde también se imprimió la obra «Epítome de la vida de Juan de Viana» (1716). Ellos son Juan, Jerónimo (el más famoso, pues figura como predicador de Felipe III y Felipe IV) y Agustín Florencia, todos ellos hermanos. El cuarto era un primo de ellos, Matías de Goñi. Hubo un quinto, Juan de Florencia, nacido en Viana en 1563, pero éste en cambio no salió de España quedándose a predicar yendo de misionero por toda la península donde murió en 1596 siendo rector en el Colegio de Zaragoza. Juan Bautista Lanciego y Eguílaz murió el 14 de abril de 1721 a los sesenta y siete años de edad.
Fray José Pérez de Lanciego Eguíluz y Mirafuentes (Viana, 1656, México, 1728)
Hizo donaciones y fundaciones de cuantía por todo el país, siendo considerado como un gran benefactor de los indios. Muere en México el 25 de enero de 1728. Sus restos mortales permanecen en la cripta de la catedral mexicana.Nace en Viana en 1656, dentro de una familia de hidalgos. Monje benedictino en el monasterio de Santa María la Real de Nájera, fue nombrado abad a los 32 años. Fray José regaló a la ciudad de Viana una reliquia de la Magdalena, que poseía el monasterio de Santa María, en 1689, una trenza de pelo rojo y un hueso rodeado de la trenza. Enseñó Artes en Oviedo, y en 1705 aparece como Maestro y Calificador de la General Inquisición, residiendo en Madrid. Se convierte en predicador de Su Majestad, el rey Felipe V, en la Real Capilla. En junio de 1710, tras hospedarse la reina María Luisa de Saboya, esposa de Felipe V, en este monasterio y en agradecimiento a la buena acogida, fue nombrado arzobispo de México en 1714.
Francisco Añoa y Busto (Viana, 1684 – Zaragoza, 1764)
Obispo de Pamplona, arzobispo de Zaragoza (1742-1764).
Nació el 26 de febrero de 1684 en la Rúa de Santa María de Viana, dentro de una familia muy bien situada. En 1695, marcha a Alcalá de Henares a estudiar de la mano de un tío suyo, catedrático en esa universidad. Estudia Artes y Filosofía. Luego estudia Teología en el Colegio de Santa Cruz de Valladolid, donde ejerció la docencia, y Cánones en la Universidad de Oñate. En 1708 es nombrado catedrático. En 1712 es elegido provisor y vicario general del obispado de Cuenca. En 1719 jura la plaza de Oficial Titular de la Santa Inquisición. En 1735 es nombrado obispo de Pamplona. Los recuerdos y obsequios serán un gesto frecuente de su vinculación afectiva a Viana, desde la ofrenda de cuatro relicarios de plata a la iglesia de Santa María, hasta el busto de Santa María Magdalena que se venera en su fiesta y procesión. El 18 de marzo de 1743 es nombrado arzobispo de Zaragoza. Es el principal impulsor de la reconstrucción de la capilla del Pilar de Zaragoza (1754-1764) poniendo de su bolsillo un tercio del coste total. Murió el 26 de febrero de 1764 y sus restos reposan en una sepultura situada en la capilla a los pies de la Virgen María del Pilar. Entre sus regalos a Viana, destaca el busto de plata de Santa María Magdalena.
Miguel Martínez
Fraile dominico, trajo en 1737 desde Nieva (Segovia) la imagen de la Virgen de Nieva, semejante a la original, famosa en su tierra por ser «defensora contra rayos y centellas».
Julián de San Cristóbal – Conde de San Cristobal (Viana, 1725 – ¿?)
Nacido en Viana el 28 de enero de 1725, fue el primer conde de su apellido y biznieto de un hermano (Don Pedro) de Fray Diego de Estella, el fraile franciscano que tanto renombre se granjeó en las letras españolas. Colegial en Salamanca, estudió la carrera de Derecho y en 1758 logró la Fiscalía del Tribunal de Justicia de Canarias. Fue Regente de la Cancillería de Asturias y Asesor General de Marina y de los cuerpos de Tropa de la Casa Real y de la Real Armada de la Cámara de Castilla. El rey le nombró Caballero de la Orden de Carlos III y le concedió el 14 de noviembre de 1789 el título de Conde de San Cristóbal.
Rafael de Múzquiz y Aldunate (Viana, 1747 – Santiago de Compostela, 1821)
Arzobispo de Compostela, caballero de la Orden del Collar, de Carlos III. Nació la noche del 14 de octubre de 1747. Uno de sus hermanos fue Luis, conde de Torre-Múzquiz y miembro del Consejo Supremo de España e Indias, quién acompañó a Fernando VII a Bayona, prestando buenos servicios a su hermano el arzobispo, informándole secretamente de los planes del gobierno francés o afrancesado de cuanto podía. Cursó estudios en el Colegio de San Antonio de Sigüenza en 1765 y se ordenó sacerdote hacia 1770. Entra en la Corte y Real Sitio de San Lorenzo del Escorial siendo abad de La Granja, gracias a ilustres navarros, entre ellos Miguel de Múzquiz, ministro de Hacienda, Miguel José de Azanza, ministro de la Guerra, y otros. Fue el intermediario para que el pintor de Su Majestad, don Luis Paret y Alcázar, decorara la capilla de San Juan Bautista. El 11 de noviembre de 1791 es nombrado confesor de la reina María Luisa de Borbón, esposa de Carlos IV, y penitenciario de la Real Capilla, y predicador de Su Majestad. En 1794 el rey le nombra Abad Consistorial y Arzobispo del Real Sitio de San Ildefonso. Tomó postura contra los jansenistas españoles y se enfrentó a Godoy, favorito de Carlos IV, lo que le llevó a ser desterrado a Roma. A su vuelta es nombrado obispo de Ávila en 1799 y Arzobispo de Santiago de Compostela en 1801. Por su comportamiento hacia los franceses, por eso se le conoce como «el patriota», tuvo que huir a Portugal durante la Francesada. Una vez de vuelta, se negó a publicar el decreto de la abolición de la Inquisición y del voto de Santiago. Regaló a la parroquia numerosas joyas, y obras litúrgicas, entre ellas una custodia, en sustitución de una robada en la francesada. Murió el 11 de mayo de 1821, en Santiago, donde se le dió sepultura en la catedral. Su corazón permanece en Viana (como así lo dispuso) dentro de una urna cineraria en la capilla absidal de Santa Ana, en la Iglesia de Santa María. En ella se lee:
«HIT JACET CONR EXCELLENTISSIMI DOMINI RAPHAELIS A MUZQUIZ ET ALDUNATE ARCHIEPISCOPI COMPOSTELLANI – 1821»
Inés de Múzquiz (Viana, 1750 – ¿?, 1824)
Hermana de Rafael de Múzquiz y Aldunate, en 1824 añadió en su testamento un codicilo, legando a Viana una casa ubicada en Madrid y 200.000 reales en moneda, para abrir una escuela de niñas, gratuita. De esta manera sufragó en favor de Viana una fundación de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl que atendiera la educación de la niñez y el cuidado de los ancianos. A su nombre en esta empresa fecunda se han de juntar el de Sor Simona de Oroz y el de don Juan Cadarso y Greño, emprendedor alcalde de la ciudad (entre las muchas obras que adjudicó se encuentran: las antiguas escuelas y el hospital, arreglo del pantano del Salobre, adoquinado de Cuatro Cantones, la carretera de la circunvalación, arbolado del Muro, y el antiguo balconaje del Coso y de la Plaza de los Fueros.)
Luis Antonio de Múzquiz y Aldunate (Viana, 1760 – Madrid, 1828)
Hermano de Rafael y de Inés de Múzquiz y Aldunate fue Caballero de la Orden de Carlos III. Su hijo, Luis Múzquiz y Mosquera obtuvo en 1870 el título de Torremúzquiz y fue miembro del Supremo Consejo de España e Indias.
Agustín Armendáriz y Murillo – Marqués de Armendáriz (Viana, 1786 – Madrid, 1875)
Primer marqués de Armendáriz, fue Intendente del Palacio y Ministro de Gobernación en los reinados de María Cristina e Isabel II. Subsecretario de Gobernación, fue nombrado Ministro de esta cartera en la segunda reorganización ministerial de Evaristo Pérez Castro (marzo de 1840). Más tarde llegó a ser Senador Vitalicio.
Francisco Navarro Villoslada (Viana, 1818 – Viana, 1895)
De 1846 a 1853 vive entre Madrid y Vitoria, ciudad esta última de la que era su esposa Teresa Luna. A su muerte en 1851, regresa a la capital y retorna a la actividad periodística. Tras trabajar en el Ministerio de Gobernación comienza a destacara en el ámbito de la política. En 1859 funda con otros socios El Pensamiento Español, periódico portavoz del movimiento denominado neocatólico. Pasó varios meses en la cárcel del Saladero por un artículo en el que se enfrentó a Ruiz Zorrilla, quien había ordenado el inventario de las alhajas de las iglesias. El triunfo de la revolución de septiembre de 1868 y su catolicismo provoca su acercamiento al carlismo: será durante un tiempo (hacia 1871) secretario personal de don Carlos de Borbón y Austria (Carlos VII), a quien acompaña por Europa. En 1871 se convierte en senador. Pasó sus últimos años en su Vian a natal, donde falleció un 29 de agosto de 1895.Político, periodista y escritor vianés, colaboró en múltiples revistas y semanarios nacionales y consejero de reyes. Hombre polifacético y cultivado, Francisco Navarro Villoslada fue novelista, poeta y dramaturgo, autor de «Amaya o los vascos en el siglo VIII» (1879), fue uno de los periodistas españoles más importante del siglo XIX. Llegó a ser tres veces diputado en la Cortes. El día 9 de octubre de 1818 nace en la rúa de San Pedro, calle que hoy lleva su nombre. En 1829 marcha a Santiago de Compostela, donde vive con sus tíos canónigos; estudia Filosofía y Teología y prosiguen sus escarceos literarios. En 1836 regresa a Viana y en 1840, acabada la guerra civil (que deja una profunda huella en el alma del joven aprendiz de escritor), se traslada a Madrid. Para costearse sus estudios de Leyes, comienza a colaborar en varios periódicos y, de tal forma destaca en aquel mundillo, que en 1846 llegó a dirigir simultáneamente cuatro publicaciones. Fue uno de los principales redactores del chispeante y macizo Padre Cobos (1854-1855), de El Siglo Pintoresco (1845-1847), El Espectador y El Arpa del Creyente, El Español (1845-1847), La España (1848), El Parlamento, La Fe y La Ilustración Católica. Fue director y fundador de los periódicos Semanario Pintoresco Español en 1836, y del diario católico El Pensamiento Español en 1859. Dirigió los periódicos: El Siglo, El Regenerador, Correo Nacional (1838-1839)
En cuanto a su producción literaria, cabe destacar que cultivó los principales géneros del momento, tanto narrativos, como líricos o dramáticos. En el campo de la narrativa, es autor de algunas novelas no históricas como «El Ante-Cristo» o «Las dos hermanas». Pero el apelativo de «Walter Scott navarro» se lo debe a sus novelas históricas, género cuyo culmen alcanzó con la obra «Amaya o los vascos en el siglo VIII» (1877). Junto a esta novela de historia y leyenda publicó «Doña Blanca de Navarra» (1846) y «Doña Urraca de Castilla» (1849). Aunque infeior, como novela, pasa como oro de ley, en el mercado de la prosa literaria, su «Historia de muchos Pepes», publicada por primera vez, como folletín de «El Fénix» de don Ceferino Suárez Bravo en 1879. Con todo, Francisco Navarro Villoslada es uno de los autores capitales de la literatura navarra.
Sor Simona Oroz y Mina (Orrade, 1826 – Viana, 1901)
Natural de Orrade (Navarra), fue una de las cinco Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl que llegó a Viana el 16 de noviembre de 1858 para hacerse cargo de las escuelas en el convento de San Francisco. En 1866, ocupó el cargo de superiora, comenzando una serie de reformas en el edificio y la iglesia de San Francisco. Realizó numerosos viajes a Madrid con el fin de obtener dinero para las escuelas y el hospital. En 1884 por fiestas de la Magdalena regaló a Viana su actual bandera (bordada por ella misma). Fallecida el 3 de marzo de 1901, fue nombrada Hija Benemérita de Viana por la gran labor social, y lo mucho que trabajó en la enseñanza y en favor de los más necesitados. Fundó el nuevo Hospital de Viana, potenció las escuelas para niñas, fundó otra escuela para chiquillos, una guardería y un lugar de entretenimiento dominical para las mujeres casadas. En marzo de 1927 sus restos mortales fueron trasladados desde el cementerio a la capilla del Santo Cristo (iglesia de San Francisco). En el centenario de su muerte el Ayuntamiento, Hijas de la Caridad y la ciudadanía le rindió un homenaje. La plaza del centro de salud está dedicada a su memoria.
Simón Montoya y Ortigosa (Viana, 1834 – Viana, 1891 )
General Carlista, nació el 28 de octubre de 1834, bautizándolo dos días después en la iglesia de San Pedro. Siendo comandante en el Ejército Nacional pasó voluntariamente a las filas carlistas en julio de 1873, donde fue nombrado general. Se distinguió valientemente en la acción de Santa Bárbara de Mañeru, donde recibió la cruz roja de segunda clase del Mérito Militar. En 1874, al frente de un puñado de hombres, hizo frente al general Moriones, echándolo de Biurrun en lo que se conoce como la acción de Biurrun. Por su heroismo en Abárzuza (1874) (de su batallón salió la bala que mató al general Concha) y Monte Muru, ascendió a coronel. En febrero de 1875 en la gran batalla de Lácar, ganó la faja de brigadier. Murió el 10 de febrero de 1891 a los 57 años.
Eduardo Gancedo Ibarrondo (Viana, 1878 – Madrid, 1953)
Fraile, de la congregación de los Padres Paúles, participó en conferencias sobre diversos temas dogmáticos, morales, teología popular y lingüística. Como obras claves relacionadas con Viana destacan «Biografía de Sor Simona Oroz y Mina, 1826-1901» y «Recuerdos de Viana o Apuntes Históricos» (1933), una importante obra donde recopiló toda la historia de la ciudad, desde sus orígenes en el medievo, hasta la fecha de publicación, incluyendo la Guerra de la Independencia y las Guerras Carlistas, haciendo incapié en los testimonios y costumbres de la localidad.
El escudo de la villa consistía en cinco palos de gules o rojo sobre campo de oro. Se ha escrito que tal blasón, coincidente con el de armas de Aragón, fue concedido por el rey Juan II (marido de Blanca de Navarra) en 1466 en agradecimiento por su heroísmo en la defensa de la villa contra Castilla. Lo que si le concedió fue el título de Muy Noble y Muy Leal.
Sin embargo el emblema aparece ya en documentos en pergamino de 1291 y 1319, Sigilium Concilio de Viana. Figura igualmente en el refectorio de la catedral de Pamplona. Según F. Menéndez Pidal, es el primer concejo de Navarra y uno de los primeros de España que usa un escudo de armas con emblema propio en sus sellos. Más tarde añadió bordura de gules con las cadenas de Navarra y por timbre una corona abierta.
Son varios los edificios que se han conservado y que fueron de propiedad municipal. En ellos podemos ver variados escudos con las armas de la ciudad.
♦ Casa Consitorial (Plaza de Los Fueros, nº 1): en los laterales del ayuntamiento se conservan pequeños escudos de la ciudad.
♦ Balcón de Toros (Plaza del Coso): En lo alto del edificio, encajado en la clave del arco central, se colocó el escudo de la ciudad.
♦ Casa del Peso y Alhóndiga (Calle Conde de San Cristóbal nº2): data de 1772 y en ella estuvo el peso oficial. Hay varios pequeños escudos de piedra con las armas de la ciudad, colocados en la zona baja que recuerdan el pasado municipal del edificio.
♦ Carnicería y Pescadería (Calle Serapio Urra nº1): data de 1723 y en ella estuvo el peso oficial.Tres escudos de piedra con las armas de la ciudad. Dos están colocados en las esquinas entre la primera y segunda planta, son de igual factura con adornos de sencillos roleos. El tercero, de mayor tamaño y con más adornos vegetales y cadenas, está colocado en el centro del edificio no muy lejos del alero.
♦ Corrales municipales (Plaza del Coso): servían de toriles para guardar el ganado bravo en las celebraciones de corridas de toros y festejos. Hay dos escudo, uno encima de cada puerta.
♦ Fuente de la plaza (Plaza de los Fueros): de 1889 y diseñada por Serapio Urra, posee un escudo de la ciudad labrado en una de sus caras.
♦ Portal de Estella (Calle Serapio Urra),: en 1563 se rehace completamente el portal de Estella, interviniendo los canterios Juan de Amiax y maese Andrés y se manda ejectutar por Gaspar de Vitoria los escudos que la decoran
♦ Puerta de acceso al convento de San Francisco por la entrada a través de la calle las Cruces.